Espacios liminales
por Jesús Alberto Mendoza Vázquez
Liminal: una palabra entre el umbral y el vínculo
por Jesús Alberto Mendoza Vázquez
Jueves, 02 Octubre 2025 18:12

Hay palabras que rara vez escuchamos y que no forman parte del léxico cotidiano. Sin embargo, cuando nos adentramos en el mundo de la arquitectura y el urbanismo, algunas de ellas comienzan a resonar con mayor fuerza, como si hubieran estado esperando el momento oportuno para hacerse presentes. Una de esas palabras es liminal.

Habitar lo limina es recorrer un umbral, atravesar una reja, cruzar una puerta o detenerse en el borde de una plaza. Es transitar por pasajes y accesos que no son un destino en sí mismos, pero que median entre un afuera y un adentro, entre la calle y la institución, entre lo cotidiano y lo académico. Son esos espacios intermedios los que nos recuerdan que la arquitectura también se vive en los márgenes, bordes, en los puntos de transición donde comienza o termina la experiencia de un lugar.

¿De dónde viene “liminal”?

La palabra proviene del latín limen, que significa umbral. El umbral por otra parte, es ese punto de transición entre un adentro y un afuera, entre lo conocido y lo desconocido. No es ni un sitio ni otro, es el entre.

A través del tiempo el concepto de liminalidad se expandió hacia distintos campos del conocimiento, como la antropología, la sociología, la filosofía, la arquitectura, siempre refiriéndose a la idea central de la transición.

Autores y definiciones clave

El antropólogo Arnold van Gennep, en Los ritos de paso (1909), acuñó la idea de liminalidad para señalar la fase intermedia de los rituales, ese punto en el que una persona ya ha dejado atrás su estado anterior pero todavía no ha alcanzado el nuevo. Décadas después, Victor Turner en The Ritual Process (1969) amplió el concepto al describirlo como un tiempo y un espacio de ambigüedad, donde las jerarquías se suspenden y aparecen nuevas posibilidades de relación. En el ámbito de la arquitectura y el urbanismo, autoras como Nan Ellin en Postmodern Urbanism (1996) y Teresa Caldeira en City of Walls (2000) retomaron esta noción para referirse a los espacios de transición que median entre territorios, funciones o comunidades, como los bordes, pasajes y umbrales, entendidos no solo como estructuras físicas, sino también como territorios cargados de simbolismo.

Lo liminal en mi investigación

En mi tesis de maestría aplico la idea de lo liminal a la relación entre universidad y ciudad. Los accesos, bordes y espacios abiertos de los campus universitarios son más que elementos físicos: son lugares de tránsito simbólico y social.

Los denomino espacios liminales porque se sitúan en ese “entre”:

• Entre lo público y lo institucional,

• Entre la ciudad y la universidad,

• Entre el habitar cotidiano y el aprender formal.

Reconocerlos como liminales me permite analizarlos no solo como pasajes funcionales, sino como escenarios donde se construyen vínculos, identidades y experiencias colectivas.

Por ultimo, es importante familiarizarnos con esta palabra porque lo liminal nombra algo que todos vivimos y pocas veces pensamos: la riqueza del tránsito, del umbral, del “estar en medio”. Al estudiar los espacios universitarios desde esta perspectiva, busco visibilizar cómo esos lugares de paso son también lugares de encuentro y de relación.

Banner recibir info